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¿Hasta cuándo hay tiempo para salvar el curso?

¿Cuándo es el límite para remontar durante el curso?

    Hay veces que no sabemos si buscar ayuda además de la que nosotros ya les estamos dando a nuestros hijos en casa. Existen varias razones para que ocurra esto: 

  1. Nosotros sabemos de Matemáticas, Química, Inglés o Lengua y pensamos que con un poco de nuestra ayuda nuestros hijos podrían aprobar. Lo único que es necesario es que ellos aprovechen la ayuda que les estamos ofreciendo. No sabemos qué pasa porque continuamente, cada vez que les intentamos ayudar, se enfandan con nosotros y acabamos peleados. 
  2. No queremos que nuestros hijos se acostumbren a tener clases particulares. Además de que las clases particulares pueden suponer un gasto económico que ahora no podemos hacer frente, creemos que si empieza a dar clases particulares se acostumbrará y se hará dependientes de ellas. 
  3. No tiene más tiempo para recibirlas. En su horario escolar y diario, solamente quedan los viernes libres o, ni siquiera, porque es el día para que salga con sus amigos. No queremos sobrecargar su semana con algo más.  

    Estas suelen ser las tres razones principales para no empezar a dar clases particulares. Nuestra recomendación: 

  1. Acerca del primer motivo, hay que saber cuando retirarse. Si cada vez que intentas estudiar con él o ella todo acaba en una gran pelea: tú de los nervios, él enfadado sin comprender nada, los dos desmotivados sin ganas de estudiar… entonces, hay que retirarse y dejar espacio a un especialista. En Kairos hemos tenido hijos de buenos profesores de otras academias. 
  2. Sobre el segundo, te podemos decir que el 60% de las veces que hemos preguntado a uno de nuestros K-students si quería dejar de dar clases de apoyo escolar, nos han dicho que sí. ¿Quiénes son los estudiantes que están «enganchados» a las clases? Los únicos que no quieren dejarlo son los estudiantes que quieren sacar buenas notas.  Pero los demás, si les das la oportunidad, no quieren seguir. Hay que saber cuándo hay que cortar las clases de apoyo porque el estudiante tiene el nivel y cuando el estudiante dice que hay que cortarlas pero su verdadera motivación es que no quiere trabajar esa asignatura porque no le gusta. No obstante, tanto para un caso como para el otro nuestra apuesta es siempre los pequeños grupos. Obligan a trabajar al estudiante más y a esforzarse para llevar al día la asignatura.  
  3. Respecto al tercer punto, algo que es muy necesario de establecer es lo siguiente: si el estudiante no tiene ni una hora libre durante su semana para poder poner una clase de apoyo escolar sobre Matemáticas o Física y Química, es decir, alguna materia que realmente necesite una pequeña ayuda, entonces, deberíamos replantearnos si no tiene demasiadas actividades extraescolares en su agenda y si se puede quitar alguna. A lo mejor le tenemos sobrecargado y eso está impidiendo que apruebe. 
Apoyo escolar

    La respuesta a esta pregunta sería hasta el mes de marzo o, mejor dicho, hasta el 28 de febrero. A partir de ese momento, el tiempo límite se ha superado y empieza a ir en nuestra contra. 

    Hasta el 28 de febrero, suele ser un momento en el que con una clase a la semana se puede arreglar todo con energía y trabajo. A partir de esa fecha, por nuestra experiencia de todos estos años, se necesitaría más de una clase o que la asignatura se le diera bien a nuestro estudiante, pero si es una asignatura que le cuesta, entonces, puede ser que con una sola clase a la semana no lleguemos. 

    Por eso, os animamos a que deis el paso adelante desde ya para poder pasar un verano tranquilo. De verdad que una de las peores opciones que pueden ocurrir es la de tener que estudiar en verano. Ni descansa el niño, ni descansa la familia, el siguiente curso se empieza con la sensación de cansancio y hastío y los conocimientos que se obtienen como se suelen decir se tienen «con pinzas» y no con profundidad. La época de estudio es ahora, durante el curso. Es cuando el estudiante tiene que alcanzar el nivel suficiente para aprobar la asignatura con tranquilidad, así como, pensar en tener un verano en libertad. 

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